Los servicios de intercambio de ficheros perviven tras el secuestro de Megaupload. Hotfile, uno de los diez mayores cyberlockers, está en el punto de mira de la industria del cine. Los grandes estudios están animados por el éxito del golpe asestado a Megaupload, en una de las grandes operaciones de lucha contra la piratería. A diferencia de Megaupload, Hotfile está radicado en Estados Unidos. Allí es donde acaba de comenzar un procedimiento judicial que puede sentar un importante precedente para el futuro de los servicios de almacenamiento personal en línea que operan en territorio estadounidense.
La asociación que agrupa a los principales estudios de cine, la MPAA (Motion Picture Association of America), acaba de presentar una demanda contra Hotfile en los tribunales de Florida. Entre los miembros de la MPAA que encabezan la demanda figuran Warner Brothers, Universal, Disney, Columbia y 20th Century Fox. El principal argumento es que Hotfile utiliza el mismo modelo de negocio que Megaupload y, en consecuencia, debe ser cerrado. La MPAA considera que Hotfile fomenta la violación de los derechos de propiedad intelectual.
De hecho, las alegaciones se apoyan en un estudio encargado por la industria cinematográfica a un profesor de la Universidad de Pensilvania que afirma que más del 90 por ciento de las descargas diarias desde Hotfile violan el copyright, frente a poco más del 5 por ciento que son claramente legales. Así,Hotfile sería responsable de millones de descargas ilegales de obras protegidas por copyright, incluyendo películas y series de televisión pertenecientes a los demandantes. Además, la demanda añade que al igual que otros servicios piratas anteriores, como Napster, Grokster, Isohunt y Limewire, Hotfile existe para lucrarse de las infracciones de derechos de propiedad intelectual.
Otra de las cuestiones que se dilucidan es si Hotfile goza de la protección de la cláusula de salvaguardia de la ley DMCA (Digital Millenium Copyright Act). La MPAA niega dicha protección, porque Hotfile no desconecta a los infractores reincidentes y porque los empleados de la compañía inducen a la piratería. Sin embargo, Hotfile mantiene una política de propiedad intelectual donde, en primer lugar, se compromete a no interferir en las medidas técnicas empleadas para identificar las obras protegidas por copyright; eliminar los contenidos que de buena fe considere que pueden violar los derechos de propiedad intelectual de terceros; y dejar de prestar servicios a aquellos usuarios infractores reincidentes.
En esta última demanda, la MPAA solicita el cierre de Hotfile y la reparación de los daños en forma de indemnizaciones a los estudios de cine. Ahora bien, la batalla legal contra el servicio de intercambio de ficheros que dirige Anton Titov comenzaba en febrero del año pasado. Desde entonces, Hotfile tiene abiertos una docena de procedimientos judiciales en los tribunales, incluyendo su demanda contra la Warner, por abusar de sus herramientas para eliminar contenidos del sitio.
Al igual que otros cyberlockers, como Mediafire, por ejemplo, Hotfile está tomando medidas para cumplir con la legalidad. A principios de febrero de este año, cambiaba su programa de afiliados para que los incentivos no estuvieran basados en el volumen de descargas o en de referencias en sitios web; los afiliados ganarán un porcentaje del precio de las suscripciones de pago de aquellos usuarios que hagan descargado los archivos del afiliado.
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