Con el aumento de redes inalámbricas, hay sitios donde difícilmente puedes conectarte a una red de forma limpia, sin interferencias de otras señales, y en condiciones óptimas.
Por eso, es importante saber cómo configurar los canales de tu router, añadirle seguridad, y cómo afectan los factores de distancia, situación, potencia de la señal, etc., para sacar un mayor rendimiento a tu conexión.
En este artículo procuraré desglosar y enumerar los puntos más importantes a tener en cuenta a la hora de obtener una óptima conexión por Wi-Fi.
Configuración del router.
Elegir un buen canal.
Hay tres frecuencias (2.4 GHz, 3.6 GHz y 5 GHz), siendo la más usada la primera de 2.4 GHz. Ésta a su vez se divide en 14 canales, separados entre sí 5 MHz, y cada canal ocupa 22MHz de ancho de banda para operar, por lo que se llegan a solapar entre ellos. Esto genera interferencias y pérdida de señal, entre otros problemas. En la siguiente tabla puedes ver un resumen de qué frecuencias ocupa cada canal:
Canal
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Frecuencia mínima (MHz)
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Frecuencia central (MHz)
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Frecuencia máx. (MHz)
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1
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2401
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2412
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2423
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2
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2406
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2417
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2428
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3
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2411
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2422
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2433
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4
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2416
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2427
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2438
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5
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2421
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2432
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2443
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6
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2426
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2437
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2448
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7
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2431
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2442
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2453
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8
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2436
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2447
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2458
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9
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2441
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2452
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2463
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10
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2446
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2457
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2468
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11
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2451
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2462
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2473
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12
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2456
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2467
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2478
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13
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2461
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2472
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2483
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¿Cómo puedes solucionarlo? Lo recomendable es cambiar a un canal que esté poco usado por los vecinos. Para ello hay programas que te indican el canal con más potencia de señal y menos solapamiento (InSiddery Wifi Analyzer, por ejemplo).
De hecho, cuando se planifica una red inalámbrica a lo grande (una universidad, una ciudad…), se suelen emplear canales que no se solapan entre sí, como los canales 1, 6 y 11.
Tipos de Wi-Fi.
Hay 4 estándares o tipos (A, B, G y N).
Para no extenderme demasiado, sólo comentaré que están en orden del más antiguo (A) al más moderno (N), variando en potencia y ancho de banda conforme van subiendo a un nivel superior.
El protocolo “N” es capaz de evitar cuellos de botella en conexiones de banda ancha, y resulta el más recomendable de usar.
El protocolo de seguridad cifrado.
WEP: Hasta no hace mucho era suficiente, y era considerado como un buen método de encriptación con clave estática. Ahora, con las nuevas tecnologías, se ha quedado obsoleto y es poco usado. Tiene tres modos de cifrado: de 64, 128 y 256 bits.
WPA/WPA2: El primero de ellos es el más comúnmente utilizado hoy en día. Incorpora una función llamada TKIP, Temporal Key Integrity Protocol, que utiliza una clave de 128-bits, pero dinámica en vez de estática, se genera una nueva clave cada vez que envía un determinado número de paquetes de información, lo que lo hace mucho más seguro).
WPA2 afina aún más, y cambia la función TKIP por CCMP, ofreciendo una protección aún más fuerte basada en el cifrado AES. Dentro del WPA2 hay variaciones como el WPA-PSK (Pre-shared key), que utiliza una clave secreta compartida entre las dos partes a través de un canal seguro.
En resumen, mientras sea posible, se recomienda usar el protocolo WPA o el WPA2.
El SSID (Service Set IDentifier).
Este identificador es un nombre compartido por los paquetes que circulan en una red inalámbrica, e identifica a la propia red frente a las demás (es el típico “nombre de nuestra red Wi-Fi” que ves al intentar conectarte). Cada fabricante suele poner en sus dispositivos el mismo SSID o identificador, por lo que es buena idea que modifiques el que tu router trae configurado por defecto.
El SSID puede ser visible, o puedes optar por ocultarlo. Si lo haces, estarás aumentando la seguridad de tu red, aunque algunos routers o dispositivos pueden tener problemas a la hora de comunicarse si el SSID está oculto.
Por otro lado, aunque ocultes la red, los programas de auditoría wireless seguirán viéndola, indicando que está oculta, pero mostrando el tipo de contraseña (WEP, WPA/2, etc.) que utiliza.
Filtrado MAC.
Una MAC es la dirección física de una tarjeta o interfaz de red. Se trata de un parámetro que identifica inequívocamente a ese dispositivo, por lo tanto un filtrado de dirección MAC te permite que sólo se puedan conectar a tu red los dispositivos con las direcciones MAC que tú hayas añadido a la lista de direcciones permitidas. También puede usarse para permitir que todos los dispositivos puedan conectarse, excepto aquellos que figuren en la lista (esto es, puede usarse como lista blanca o como lista negra).
Dirección IP.
En lo referente a seguridad, hay diferentes opiniones sobre si conviene utilizar una dirección IP estática o dinámica. Hay quien dice que, al ser fija, se puede precisar y concentrar el ataque. Otros, sin embargo, dicen que al ser dinámica es fácil asignar o encontrar una IP válida con la que entrar.
En cualquier caso, esto suele venir predeterminado por el operador con el que tienes contratado el ADSL, y muchas veces poco puedes hacer por cambiarlo.
En resumen, si quieres aplicar todo lo anterior para aumentar la seguridad de tu red, cambia el SSID que viene por defecto, usa Filtrado MAC, y protocolo WPA-PSK o WPA2 (con un cambio mensual de la clave si quieres ser más estricto).
Para quienes necesiten más seguridad, existen programas como Wi-Fi Defense, el cual monitoriza las conexiones de red que hay enganchadas a tu router, y te permite ver cualquier intrusión no autorizada en tu red personal).
Obstáculos y colocación del router.
Lo más sencillo es pensar en el router como si fuera un altavoz.
¿Cómo lo colocarías para escucharlo nítido y con potencia? Normalmente, se recomienda situar el router en alto y con los menos obstáculos posibles a su alrededor, para evitar interferencias y atenuación de señal. Incluso conviene que el cableado del router sea de calidad y que no esté muy alejado del router (o sea, que no sea muy extenso).
Colocación correcta de la antena.
Lo más habitual es que la antena de tu router sea omni-direccional, por lo que en principio debería radiar de manera equivalente en todas direcciones. Pero, a menudo, routers con dos antenas ofrecen un mejor rendimiento cuando se sitúan dichas antenas “en forma de U”, ligeramente inclinadas hacia el exterior. En cualquier caso, lo mejor que puedes hacer para encontrar la configuración adecuada en tu caso, es prueba y error. Experimenta con diferentes posiciones de la antena o antenas, y comprueba cuáles son las que te ofrecen una mejor calidad de señal, ya que ésta dependerá de las interferencias y obstáculos que encuentre dicha señal en tu casa u oficina.
Repetidores.
Los repetidores o repeaters suelen usarse cuando, a pesar de todos los pasos anteriores, la potencia de señal sigue siendo escasa (en casos extremos, como conexión nula o mucha interferencia, se pueden usar otros routers como repetidores).
Problemas conocidos.
Red saturada.
Esto ocurre cuando hay demasiado tráfico de datos que convergen en una misma dirección (no solo a nivel de ondas, sino que en el mismo router tengamos varios dispositivos transmitiendo datos a la vez). En cualquier caso, hoy en día la tecnología suele proteger bastante bien frente a las colisiones de paquetes y la ralentización que puede producir la saturación de la red.
Interferencias.
Producidas por otros dispositivos emitiendo al mismo tiempo, como microondas, teléfonos o ratones inalámbricos, dispositivos Bluetooth, etc.
En estos casos, siempre puede intentarse un nuevo cambio de canal, o desconectar/apagar aquello que no se esté usando, pero localizar la fuente de interferencias y corregirlo ya no es tan sencillo.
Como ves, no es tan fácil tener una buena señal o conexión, y muchas veces no es tan simple como achacarlo a un mal funcionamiento de un dispositivo, lo cual, aunque es posible, es sólo una de las diferentes posibles causas que pueden afectar a nuestra señal.
Simplificando, hay tres posibles causas principales de la falta de conexión o problemas de señal:
El software.
Un software mal ajustado, obsoleto (ya sea por drivers o por antigüedad), incompleto, o que no corresponda con el dispositivo que en cuestión que utilizas.
El hardware.
Un dispositivo o chip defectuoso, un cable pelado, un conector averiado o roto, etc. Hay multitud de variables en una máquina que pueden fallar y dar lugar a errores directos o indirectos en su funcionamiento.
El ser humano.
Las personas son una parte fundamental en el propio sistema ya que, en ocasiones por desconocimiento, dejadez o simplemente porque equivocarse es humano, podemos ser los causantes de los problemas de configuración y funcionamiento de la red inalámbrica. No es raro que más de uno se haya saltado un paso, o se haya empeñado en que algo debe funcionar de una manera y no de otra, cuando no era así. Por eso conviene mantenerse siempre al día y tratar de aprender lo que sea posible sobre la tecnología que nos rodea.
Espero que este artículo te haya resultado útil e interesante, y que ahora tengas una mejor idea de cómo sacar un mayor provecho tu conexión inalámbrica.
Fuente: Soporte bq
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