El uso de almacenamiento en la nube es cada día más normal. Son varias las compañías que ofrecen servicios de almacenamiento e incluso muchas con planes gratuitos y una capacidad entorno a los 3 y 10GB que serán más que suficiente para almacenar documentos a los que solemos recurrir con frecuencia. Igualmente hay planes avanzadas con mayor capacidad o destinados a empresas con mayores medidas de seguridad.
Pero aún así no todos los usuarios se fían a depositar sus datos en dichos servidores. Si bien establecen medidas de seguridad para que nada ocurra, desde su perdida o acceso no desado, lo cierto es que están en su derecho de no hacerlo. Por eso, vamos a ver diferentes alternativas para quien necesite crear su propia nube personal.
Adquiere un NAS
Los NAS (del inglés Network Attached Storage) son dispositivos de almacenamiento que nos permiten gracias a su interfaz de conexión ethernet conectarlos a nuestro router. Incluyen un software que se instala en uno de los discos que incluye (hay diferentes modelos que nos permiten desde conectar un sólo disco hasta varios para aumentar la capacidad de forma considerable).
Estos dispositivos, gracias al software que integran, permiten configurar diferentes opciones como establecer carpetas propias para cada usuario con su respectiva contraseña, definir qué carpeta queremos o no compartir, así como muchas más opciones.
Su configuración es sencilla y los precios actuales han bajado considerablemente. En función de las necesidades, tanto de capacidad con a nivel opciones, podemos optar por varios modelos con precios que pueden oscilar entre los 100 euros en adelante.
Reutiliza un viejo ordenador
Si tienes un ordenador antiguo que ha pasado ha mejor vida tras varios años de uso intenso puede devolverle la juventud y seguir dando utilidad gracias a FreeNas.
FreeNas es un sistema operativo basado en FreeBSD que apenas consume recursos y nos permitirá convertir nuestro viejo ordenador en todo un dispositivo NAS. Además de los pocos requisitos de hardware la instalación de FreeNAS y su respectiva configuración es realmente sencilla.
Esta configuración la podremos llevar a cabo de forma remota por lo que no necesitaremos de un teclado o pantalla para ello. Simplemente accedemos desde cualquier dispositivo con navegador web y listo.
Utiliza tu propio equipo
Nuestros ordenadores también pueden usarse para crear carpetas que poder compartir a través de internet. Lo único que tendremos que tener en cuenta es que tal vez, si es para uso personal como comentábamos y no vamos a crear carpetas para terceros usuarios, puede que nos interese más disponer de un método para acceder de forma remota a nuestro equipo. Ya que no sólo podremos acceder a los datos sino también a las aplicaciones etc…
En Anexo M ya vimos opciones para acceder de forma remota como LogMeIn aunque hay más métodos como TeamViewer. La pega es que tendremos que tenerlos siempre conectado e igual no nos interesa.
Datos extras
Crear tu propia nube personal no es nada complicado. Desde los propios dispositivos NAS que vienen con unas instrucciones claras y detalladas hasta la instalación de FreeNAS, del que podremos encontrar guías y tutoriales en internet para su instalación, sólo se requiere calma y seguir los pasos de forma ordenada.
Pero sí que hay que tener en cuenta algunos detalles. Muchos proveedores de internet nos dan un IP dinámica, esto es una dirección que cambia cada cierto tiempo., por tanto necesitaremos un método para localizar a nuestro equipo desde internet siempre.
Como sabéis, la IP es una dirección única que se asocia a un equipo. Cuando las IP son dinámicas y no fijas (se puede contratar una IP fija con un coste adicional) si nuestro proveedor nos la cambia ya no podremos acceder a nuestro equipo. Para solucionar esto sin tener que realizar un desembolso podemos hacer uso de servicios como No-ipque nos permitirá obtener una dirección que siempre estará asociado a nuestro NAS u ordenador independientemente de que la IP cambie o no.